Philadelphia Skyline

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lunes, 28 de marzo de 2011

Nada es casualidad

El pasado mes de febrero la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI o WIPO, en sus siglas en inglés) anunció que, tras el frenazo provocado por la crisis económica, se había empezado a detectar una recuperación en la presentación de solicitudes internacionales de patentes en el año 2010, fundamentalmente en países como China, República de Corea y Japón. Sin embargo, también añadió que se había detectado un ligero descenso del 1,7 por ciento en el caso de Estados Unidos durante el pasado año. No obstante, el país norteamericano sigue encabezando las listas mundiales de patentes así como las de emprendedores, y no parece que la situación vaya a cambiar en el futuro. ¿Por qué? No es casualidad.

Algunos opinan que lo que despierta el espíritu emprendedor estadounidense es el sistema de recompensas que incentiva el trabajo y la innovación con suculentos beneficios económicos. Muchos creen que lo que realmente les mueve es la ambición. En mi opinión, la realidad es que en Estados Unidos los emprendedores son tomados en serio: se cree en ellos, se invierte en ellos y se les da oportunidades para crear. La capacidad emprendedora se considera una prioridad nacional y no un asunto de segunda categoría como, por desgracia, ocurre en países como España.

Hace tan sólo un par de días salía a la luz un estudio del Instituto de Empresa en el que se ponía de manifiesto que España no es país para emprendedores. En concreto, el informe cifraba esta realidad en un descenso del 15,7 por ciento de la actividad emprendedora en nuestro país en el año 2010. De hecho, el informe GEM de la escuela de negocios española apuntaba que somos uno de los países menos emprendedores de los 59 analizados. Pese a todo, el impulso a la actividad emprendedora sigue sin aparecer de forma destacada en las agendas de nuestros políticos, habitualmente inmersos en el cortoplacismo.

El país de Edison, Google y Facebook

No es casualidad que, cuando en enero el presidente Obama se dirigió a toda su nación en el tradicional State of the Union Address Speech, su discurso empezara y se centrara en buena medida en el impulso a la actividad emprendedora recordando que "éste es el país de Edison, de Google y de Facebook". El presidente norteamericano planteó la apuesta por la innovación y la creación como primer y fundamental paso para salir de la crisis, después de recordar que las empresas más exitosas del mundo tienen nacionalidad estadounidense. Un orgullo nacional ganado a pulso con una visión del crecimiento económico que va más allá de lo inmediato y que tiene detrás una contundente inversión en el largo plazo. "In America, innovation doesn't just change our lives. It's how we make a living", dijo Obama, orgulloso de sus compatriotas.

No es casualidad que Estados Unidos, a pesar de todas las críticas que a menudo soporta, sea identificado como el país de las oportunidades. El sueño americano es una realidad para millones de personas que una vez decidieron emprender. Eso sí, nada es gratis, quien ha triunfado en Estados Unidos lo ha hecho gracias al esfuerzo y la lucha, y así de generación en generación. Aquí se trabaja... y se trabaja mucho. Mientras tanto, en el Viejo Continente, muchos se aferran a lo que recientemente un conocido político español calificó en tono despectivo como el European Dream: "trabajar lo menos posible para tener un buen retiro sin demasiadas complicaciones".

Educación e incubadoras

Una de las formas más eficaces de alimentar el espíritu emprendedor es empezar a hacerlo desde las universidades. En este sentido, tampoco es casualidad que, en la lista de la OMPI de las 50 principales universidades solicitantes de patentes, 29 sean estadounidenses y las 21 restantes sean fundamentalmente instituciones universitarias de países como Japón o Corea del Sur, todos ellas naciones en las que la educación se toma muy en serio.

Además, en Estados Unidos se pueden encontrar organizaciones dedicadas exclusivamente al impulso de la actividad empresarial. Lo llaman incubadoras y su resultado es francamente admirable. Aquí, en Filadelfia está The University City Science Center que, fundado en 1963, es el más grande y antiguo parque de investigación urbano de todo Estados Unidos. En este lugar se ofrece la oportunidad a los nuevos emprendedores de tener un sitio económico y asequible donde dar los primeros pasos. Se les proporcionan medios y se les da oportunidades para triunfar desarrollando sus ideas. Como resultado, este centro ha sido el lugar de nacimiento de 350 empresas que hoy en día emplean a 15.000 trabajadores, produciendo unos ingresos anuales de 9 billones de dólares para la región (Pennsylvania, New Jersey y Delaware). Así es como se crea empleo y prosperidad en Estados Unidos, apoyando al emprendedor.

Tal vez si nuestro país comenzara a tomarse en serio este tipo de iniciativas que deben ser planteadas a largo plazo, los problemas de paro que ahora aprietan más que nunca podrían reducirse drásticamente en el futuro y el país empezaría a dar pasos importantes de verdad. Mientras tanto, difícilmente lograremos ocupar un puesto relevante en este mundo globalizado.

lunes, 7 de marzo de 2011

Un negocio redondo

Imagínese que su negocio fuese una empresa de beneficios millonarios en la que una buena parte del coste de la mano de obra principal fuera cero. Ahora imagínese que fueran otras compañías, y no la suya, las encargadas de compensar a esa parte de los "empleados" por su buen hacer, con descuentos y regalos en sus tiendas. Todo ello, por supuesto, con todos los implicados satisfechos. ¡Perfecto! ¿Verdad?

Eso debieron pensar los inventores de Recyclebank, un negocio basado en el reciclaje que ha dado con la fórmula para un perfecto win-win. Eso sí, a pesar de las grandes cantidades de dinero que mueve la industria del reciclaje, sus dueños, en principio, nunca harán fortuna con esta empresa: se trata de un negocio sin ánimo de lucro, o al menos eso reza su página web, por lo que el dinero embolsado se emplea en cubrir salarios y costes, reinvertir o promover la cultura verde.

Recyclebank es el primer programa "verde" de puntos que se encarga de recompensar a los ciudadanos que reciclan. Para ello, utiliza una avanzada tecnología que permite calcular el peso de lo que recicla cada hogar y los kilovatios que dicho proceso ahorra. Toda esta información se traduce en puntos que los participantes pueden canjear por productos en alguna de las 3.000 marcas locales y nacionales asociadas al programa, entre las que se encuentran Coca-Cola, Starbucks o McDonald's. Con ello, Recyclebank logra que nada menos que dos millones de hogares norteamericanos y británicos trabajen para la compañía. Cada vivienda adscrita al programa se ocupa de juntar la mayor cantidad de material susceptible de ser reciclado en los cubos que la propia compañía distrubuye (con un chip incorporado para calcular el peso). Los ciudadanos que participan en el programa deben colocar dichos cubos en el lugar adecuado para que el sofisticado camión encargado de recoger la basura no precise más que un conductor que ni siquiera necesita bajar para hacer su trabajo, con lo que, además, se ahorra tiempo.

¿Cómo surgió la idea? Patrick Fitzgerald y Ron Gonen son los cerebros de esta empresa que está revolucionando el negocio del reciclado ahora que los implicados ven una recompensa real por su colaboración en un proceso que genera altos ingresos a la industria del reciclaje. Fitzgerald dejó su trabajo en un bufete de abogados de Wall Street para instalarse en un ático de Filadelfia y comenzar a gestar la nueva empresa buscando la tecnología necesaria, haciendo contactos y presentando la idea a posibles empresas ssceptibles de estar interesadas en participar en el programa de puntos. Gonen, por su parte, se encontraba en su primer año de MBA en la Universidad de Columbia, en Nueva York, cuando empezó a dedicar sus noches a redactar el plan de negocio y desarrollar el software.

Ambos tenían claro que para fomentar la cultura verde lo mejor que se podía hacer era motivar a los ciudadanos, ofreciéndoles un "premio" por su trabajo. Así, poco a poco, lo que empezó siendo una idea en la cabeza de dos jóvenes emprendedores, se ha convertido en una empresa verde capaz de hacer trabajar a un ejército de dos millones de personas para el negocio del reciclado. Eso sí, para beneficio del planeta.

Para más información ver:

Recyclebank
Artículo de The New York Times
Eco Biz - Recyclebank